Ayer comí en casa de mis amigos Pepa y Massimo. La comida, como siempre en casa de estos buenos amigos, exquisita. Y de postre, su preciosa gata Gema, que a cada visita que hago se muestra más sociable y confiada, me regaló estas fotos.
Me gusta de los gatos su independencia, su altanería, su callada compañía, … pero especialmente me cautivan sus ojos. Y los de Gema son espectaculares.
Si es que ella es, con diferencia, la más guapa y la más lista de la casa.
Bueno, tampoco exageres.
Eso, tampoco exageres 😉